El Op Art utiliza fenómenos ópticos para producir imágenes pictóricas abstractas. Este tipo de arte crea sensaciones de movimiento en superficies bidimensionales.
El arte óptico surge como una variación o interpretación de la abstracción geométrica y se vale de principios científicos y estructuras repetitivas para crear ciertos efectos en el espectador quien en algunos casos puede cambiar la configuración de la propia obra.
Esta tendencia en el arte busca crear en el espectador una sensación de movimiento, gracias a efectos ópticos que desencadenan en el observador una respuesta visual y psicológica ante la sensación percibida. Este tipo de arte es de tipo técnico y en muchas ocasiones impersonal.
El artista de Op Art, utiliza la construcción de perspectivas que el ojo no puede fijar en el espacio; empleando cierto tipo ilusiones ópticas como el efecto Rubin, que permite descubrir formas convexas a partir de figuras que comparten sus contornos; así como también el efecto moaré, propio de la industria de la impresión, que es producido por la incorrecta intersección de líneas de puntos, círculos concéntricos o líneas junto a otras ilusiones como perceptivas de inestabilidad, vibración o confusión.
Aunque el nacimiento de arte óptico como movimiento artístico data de finales de la década del 50, solo hasta mediados de los 60s se conformo como una tendencia formal, luego que el museo de arte moderno de New York (MoMa), organizara una exposición con el nombre de The Responsive Eye en 1965. En esta muestra los principales artistas de este nuevo tipo de arte dieron forma al nuevo estilo.
Los principales iniciadores de esta tendencia fueron: Víctor Vasarely, Bridget Riley, Frank Stella, Josef Albers, Lawrence Poons, Kenneth Noland y Richard Anuszkiewicz.

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